Esta fragancia es como una mandarina confitada marcada con cardamomo que estalla en
segundos al difundir sus notas de salida deliciosas y envía los sentidos a un trance. El acorde
de dátil que evoca una tierra inexplorada es una delicadeza afrutada y ambarina.
Saboreando la emoción del mito universal de Arabia Felix, viajamos por el desierto en busca de
las plantas abundantes bendecidas por las deidades, bajo la influencia de resinas tocadas por
una vibración floral de azahar que nos lleva a una tierra exuberante.
Luego, es como si llegáramos a un wadi, un oasis de fantasía. En la piel, el sueño de este oasis
se encarna en un patchouli vibrante suavizado por una dosis de ládano especialmente
elaborado que destila el misterio. El efecto de la resina continúa mientras se evapora sobre
una base ligera y gourmand. Es simplemente hermoso: una invitación a un viaje por este
desierto perfumado
Aranxa –
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