La originalidad de esta fragancia es inmediatamente perceptible y es, sin lugar a duda, su
mayor atractivo. Las esencias vibrantes y características de la mandarina y la bergamota se
unen a una espectacular nota de magnolia que se afirma con audacia.
Una suavidad perlada interactúa con un absoluto de osmanto sensual, deslizándose hacia un
bouquet texturizado bañado en heliotropo. Luego llega una cascada de brillante pimienta
negra, el único ingrediente que realmente puede capturar la energía, singularidad y
autoconfianza de esta mujer extraordinaria.
El patchouli blanco de Indonesia, con sus toques especiados, afirma el intrigante poder de la
fragancia. Esta dualidad entre blanco y negro evoca una exquisita luz amaderada que se funde
elegantemente con la modernidad, bañada en almizcles cosméticos cremosos y sándalo. Es una
caricia sensual, suave y de vainilla
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